Diabetes tipo 2
Diabetes e hipertensión arterial: ¿Por qué es importante entender esta relación?
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Seguro escuchaste hablar de la diabetes y la hipertensión arterial, pero ¿sabés exactamente qué son?
La diabetes se caracteriza por un exceso de azúcar en sangre (hiperglucemia). Esto puede ocurrir cuando el cuerpo no produce suficiente insulina o no la usa correctamente. Por otro lado, la hipertensión, también conocida como presión arterial alta, es cuando la presión con la que la sangre circula por las arterias está elevada. 1-2
Aunque son condiciones distintas, es muy común que se presenten juntas. La hipertensión arterial es una enfermedad muy frecuente en las personas con diabetes, afectando entre un 40 a 70% de este grupo. De hecho, tener diabetes puede duplicar el riesgo de desarrollar hipertensión. Esta asociación se debe, entre otras cosas, por compartir varios factores de riesgo: 3,4
- La obesidad, la falta de actividad física (sedentarismo) y una alimentación inadecuada son factores comunes que predisponen a ambas enfermedades.
- La diabetes puede afectar la función renal, favoreciendo la retención de sodio y agua, lo que puede incrementar la presión arterial.
- La hiperglucemia crónica (azúcar persistentemente elevada en la sangre) puede dañar los vasos sanguíneos, reduciendo su elasticidad y favoreciendo la aparición de hipertensión.
Una mirada sencilla de esta relación
Sabemos que a veces la información puede ser un poco abrumadora. Deslizá estas tarjetas para comprender el ABC del vínculo entre la diabetes e hipertensión arterial.1-4
Consejos clave para prevenirlas
La buena noticia es que frente a estas condiciones podemos tomar un rol proactivo y modificar ciertos hábitos para llevar un estilo de vida más saludable y positivo para la salud en general.4
- ¡Moverse! Realizar actividad física de forma regular es de gran ayuda. No hace falta convertirse en un atleta de élite; caminar a paso rápido, bailar, o cualquier actividad que disfrutes y te mantenga en movimiento, ¡cuenta! Esto ayuda al corazón, a los vasos sanguíneos y a controlar el azúcar en sangre.
- Comer rico y saludable: Reducir el consumo de alimentos ultraprocesados, azúcares añadidos, priorizando las frutas, verduras, granos integrales y proteínas magras es la mejor opción para una alimentación equilibrada. Consultá con un/a nutricionista para que te acompañe y oriente ante cualquier duda que puedas tener.
- Controlar la cantidad de sal: La Asociación Americana del Corazón (AHA) sugiere no exceder los 2300 mg de sodio al día, lo que equivale a una cucharadita de sal de mesa. Si tenés dificultades para controlar tu presión arterial, lo ideal sería disminuir la ingesta a entre 1000 y 1500 mg diarios. Además, se sugiere evitar el uso de la sal de mesa, ya que muchos de los alimentos que consumimos contienen sal en su preparación.5
- Buscar alternativas a la sal: ¡Animate a usar hierbas, especias y jugo de limón para darle sabor a tus comidas! Son una excelente manera de potenciar su gusto.
- Leer las etiquetas de los alimentos: Elegí productos con menos de 400 mg de sodio por porción y evitá los ultraprocesados o la comida rápida, ya que suelen tener un alto contenido de sodio.
- Mantener un peso saludable: Sostenerlo puede tener un impacto muy positivo en la presión arterial y en el control de la glucosa.
- Evitar fumar: Fumar es perjudicial para la salud en general, especialmente, para el corazón y los vasos sanguíneos. Un profesional de la salud podrá darte herramientas para ayudarte en este camino.
- Moderar el consumo de alcohol: Beber en exceso puede afectar la presión arterial y tus niveles de azúcar.
- Visitar al médico periódicamente: Es la mejor opción para el seguimiento de condiciones crónicas como estas, para ajustar tratamientos si es necesario y responder a todas las preguntas.
AR25DI00038 | JUNIO 2025 Material meramente informativo y educacional, con el objetivo de crear concientización. No reemplaza la opinión del profesional de la salud, ante cualquier duda consulte a su médico/a.
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