Cuando la diabetes pesa: la importancia de cuidar tus emociones

Cuando la diabetes pesa: la importancia de cuidar tus emociones

El diagnóstico de diabetes tipo 2 es el comienzo de un viaje emocional. Reconocer los sentimientos y emociones que van apareciendo en cada momento es el primer paso para cuidar tu salud mental.

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Todo sentimiento
es válido y comprensible.

Ante una condición crónica, es natural experimentar emociones como frustración, culpa, tristeza o preocupación. Aprender a conocer las señales y entender qué es lo que desencadena esas emociones es el primer paso para tomar el control y cuidar tu salud mental.

La salud mental no es un aspecto secundario de la diabetes: es una parte esencial del tratamiento. Manejar la enfermedad puede tener un impacto en tus rutinas, relaciones y bienestar emocional. Cuando la angustia y la depresión se presentan y conviven con la diabetes, pueden asociarse con un menor compromiso y consistencia con el cumplimiento de las indicaciones médicas, el tratamiento o el mantenimiento de los hábitos saludables, lo que a su vez dificulta el control de la glucemia y aumenta el riesgo de desarrollar complicaciones.

De hecho, ¿sabías que el distrés por diabetes afecta a una de cada cinco personas? Esta angustia o malestar emocional es una respuesta que puede darse secundaria al manejo diario de la enfermedad. Es una sensación de agotamiento que surge al lidiar con el autocuidado constante, el miedo a las posibles complicaciones futuras y el impacto social (como el estigma o las reacciones negativas de terceros).

Generalmente se intensifica durante momentos clave, como por ejemplo al recibir el diagnóstico, al cambiar el tratamiento, cuando surgen complicaciones, o cuando ya se está bajo un alto nivel de estrés general y el cuidado se siente como una carga excesiva.

Reconocer y abordar el desgaste emocional es fundamental, ya que ignorarlo puede afectar el bienestar general. La preocupación por el futuro y la culpa al desviarse del plan son sentimientos frecuentes y comunes. Darle lugar a estas emociones, reconocerlas y abordarlas en conjunto con un profesional de la salud puede ayudarte a mantener una mejor calidad de vida. Dicho de otro modo y para llevar tranquilidad: es completamente esperable transitar diferentes formas de sentir.  Lo importante es reconocerlas para poder abordarlas.

Para conocer más sobre las emociones y los sentimientos que pueden surgir en el tiempo y como reconocerlos, te dejamos la información resumida a continuación.

La exigencia del autocuidado constante (pinchazos, controles, planificación) puede generar estrés o ansiedad, ambas respuestas emocionales naturales que surgen ante la percepción de una “amenaza”.

¿Y cómo puede la ansiedad tener un impacto en tus glucemias?

  • Reacción biológica: Cuando sentís estrés o ansiedad de forma continua, tu cuerpo libera hormonas (como la adrenalina) que, aunque necesarias, hacen que el nivel de glucosa en la sangre aumente.
  • El desafío: A diferencia de una persona sin diabetes, tu cuerpo no puede regular esta glucosa extra de forma automática, lo que puede perjudicar el control de la salud.
  • La clave: La forma en que gestionás tus emociones tiene un impacto directo en el bienestar general.

¿Y el estrés, qué rol cumple? Sabemos que en la actualidad el estrés forma parte de la vida de muchas personas, y su detección y abordaje es importante porque, en caso de no ser tratado, puede llevar a:

  1. Problemas de salud mental más complejos (depresión, trastorno de ansiedad generalizada).
  2. Fobias específicas (ej. miedo excesivo a la sangre o los pinchazos).

Adaptación y búsqueda de apoyo

Entonces, ¿qué podemos hacer para enfrentar estas situaciones? El primer paso es la toma de conciencia: reconocer que tus emociones son válidas y entender cómo afectan tu control es crucial. A partir de allí, es vital la búsqueda de ayuda para poder acompañar el proceso del diagnóstico desde una perspectiva psicológica. Finalmente, la meta de este camino es lograr la aceptación de la nueva realidad, lo cual te empodera para tener un papel activo y positivo en el control de tu salud.

Por último, te dejamos algunos consejos para tu día a día:

  • Valorá el esfuerzo diario: reconocé todo lo que hacés para manejar tu diabetes, la disciplina o la resiliencia que has ganado
  • Priorizá el manejo de tu salud general, más que un valor de glucosa en sangre: comer bien, hacer ejercicio y tomar la medicación ayuda a regular tu glucemia y, simultáneamente, reduce el estrés y mejora tu salud mental. ¡Es un doble beneficio!

     

  • Evitá los hábitos alimentarios desordenados: saltarse comidas, especialmente el desayuno, no es recomendable, porque puede llevarte a comer en exceso más tarde. Establecer metas pequeñas y progresivas puede ayudarte a ordenar tus horarios de alimentación.

     

  • No te aisles, ¡conectá!: hablá sobre tus experiencias y frustraciones con otros. Socializar con familiares, amigos o grupos de apoyo (ya sea en persona o en línea) te recuerda que no estás solo/a y que lo que sentís, es normal y frecuente.

     

  • Continuá aprendiendo: la educación para el autocuidado debe ser periódica. Las investigaciones y los estándares de tratamiento cambian, ¡y vos también! Un mayor conocimiento y entendimiento, de la mano de un profesional de la salud, puede ayudarte a darte más claridad, y menos sentimientos de culpa.

Y recordá que siempre podés pedir ayuda profesional. No tengas miedo en consultarle a tu equipo médico si lo que sentís, es normal y esperable. Su apoyo es clave para un manejo sostenible de la diabetes.

Referencias

AR25DI00076 | DICIEMBRE 2025. Material meramente informativo y educacional, con el objetivo de crear concientización. No reemplaza la opinión del profesional de la salud, ante cualquier duda consulte a su médico/a.

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