Recibir un diagnóstico de obesidad puede generar muchas preguntas, pero también puede ser el primer paso hacia un cambio positivo. Aprendé qué podés hacer y por dónde empezar. ¡Leé más en esta nota!
Recibir un diagnóstico de obesidad a veces puede despertar sentimientos encontrados como preocupación, confusión, e incluso culpa.
Es normal sentirse así. Pero este diagnóstico no es una sentencia, sino una oportunidad para conocer mejor tu estado de salud y tomar decisiones que te ayuden a sentirte mejor, paso a paso.
El primer paso es informarte y buscar apoyo. Y eso empieza por hablar abiertamente con tu médico/a. Compartir tus inquietudes, dudas y miedos te va a permitir construir un plan de tratamiento personalizado, adaptado a tus necesidades y circunstancias. Recordá que la obesidad es una condición crónica y compleja, y como tal, requiere un enfoque integral y sostenido en el tiempo, con metas realistas y alcanzables, ya que el objetivo principal será lograr un cambio en el estilo de vida que permita un descenso gradual de la masa grasa y el mantenimiento del peso perdido a lo largo del tiempo¹.
El abordaje se apoya en tres pilares básicos: plan de alimentación equilibrado, actividad física y regulación de la conducta².
Los pilares se complementan entre sí. Uno de ellos es el cambio gradual en el estilo de vida, especialmente en la alimentación. Junto a un nutricionista, se diseña un plan equilibrado y adaptado a tus necesidades, teniendo en cuenta tu edad, estado de salud, nivel de actividad y preferencias. El foco está en lograr una pauta alimentaria completa, variada y equilibrada que te ayude a reducir las calorías de manera gradual. Incluir más frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y grasas saludables, y limitar el consumo de alimentos ultraprocesados, sal, azúcar, bebidas azucaradas y alcohol, son acciones que pueden marcar la diferencia³.
El abordaje se apoya en tres pilares básicos: plan de alimentación equilibrado, actividad física y regulación de la conducta².
La actividad física es otra aliada clave, pero no hace falta volverse deportista de un día para el otro: se trata de incorporar más movimiento en tu día a día. Caminar, bailar, nadar o andar en bicicleta son opciones válidas. Lo importante es empezar con lo que puedas, a tu ritmo, e ir incorporando más minutos por semana. Estar más activos en el día a día —como subir escaleras, pasear a tu mascota o hacer tareas domésticas— también cuenta y ayuda³.
Otro aspecto fundamental es el acompañamiento emocional: muchas veces, las emociones tienen un rol central en nuestra relación con la comida. Ansiedad, estrés o tristeza pueden llevarnos a comer de manera impulsiva, como forma de calmar lo que sentimos. Por eso, contar con apoyo psicológico, puede ayudarte a identificar esos patrones e incorporar herramientas para afrontarlos. Este tipo de acompañamiento no solo trabaja sobre los hábitos, sino también sobre la autoestima, la motivación, la relación con la comida y las dificultades sociales que pueden surgir como parte del proceso³.
A continuación, te compartimos otras estrategias que pueden ayudarte a sostener los cambios a lo largo del tiempo.
El objetivo siempre será lograr una pérdida de peso sostenida, porque incluso cambios modestos pueden mejorar marcadores importantes como la presión arterial, los niveles de colesterol, la glucemia y la sensibilidad a la insulina. Además, mejora la movilidad, el descanso, el ánimo y la energía. Más que una meta estética, se trata de un cambio hacia una mejor calidad de vida. Y lo más importante: no es solo bajar de peso, sino sostenerlo, cuidarte y lograr mayor bienestar².
Aceptar el diagnóstico de obesidad no significa resignarse, sino empezar un proceso de transformación guiado por el autocuidado. No se trata de buscar soluciones rápidas, sino de construir un camino realista, personalizado y acompañado. Con el apoyo adecuado, cada paso cuenta y, cada logro, por pequeño que parezca, es un paso más hacia una vida más saludable.
AR25OB00033 – JUNIO 2025 - Material meramente informativo y educacional, con el objetivo de crear concientización. No reemplaza la opinión del profesional de la salud, ante cualquier duda consulte a su médico/a.
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